LA VOZ ( DE DIOS) ENTRE EL ROMERO

PRESENTACIÓN DEL LIBRO "LA VOZ (DE DIOS) ENTRE EL ROMERO". 5 DE JUNIO DE 2007 A CARGO DE D. SANTIAGO CASTELO. EN LA ASOCIACIÓN DE ESCRITORES Y ARTISTAS ESPAÑOLES.

JUAN CALDERÓN

INTROITO ( 1996 )

He abierto los ojos
y no puedo entender que Dios permita
todo el horror que he visto por las calles

A QUÉ NEGARLO (1996)

Desde cualquier columna de la prensa,
nos ponen a traición
una elevada dosis de cicuta,
cada mañana en el café.

Y cómo resistir tanto veneno,
tantos niños comidos por el hambre,
tantas mujeres humilladas,
tanto odio en los ojos,
tantas manos hundidas en el cieno ...

Está la calle hostil, a qué negarlo.
No hay esquina sin pobre,
ni tampoco hay políticos sinceros.
Cómo es posible entonces
que nos dejemos convencer
para cavar trincheras,
para empuñar la muerte y dispararla
contra aquellos
con los que apenas hace nada
jugábamos
la partida del pan y la existencia.

Yo no sé
si es que nos hemos vuelto locos
o es que a Dios
se le ha escapado de las manos
la dirección de este serial,
o es que quizá, cansado
de tanta indisciplina en los actores,
ha decidido poner fin
y empezar otra historia,
o descansar.

No lo sé,
pero es bien cierto
que vivo con el alma
mordida por las fieras.

NOMBRAR LA PAZ (1996)

Yo me acuso de ser otro culpable de la guerra, de
escuchar el rugido de la bomba mientras me tomo
un güisqui y hacer, indiferente, el comentario cuánta
injusticia- y añadir -está la tele insoportableY
comerme después un fruto seco, entre un muerto
y dos tiros, como quien viese un filme, y comentar
las curvas de una chica bonita o el gol del" Real
Madrid". Salmodiar la mirada de unos niños heridos
de orfanato y desamor, mientras pago en mi agencia
de viajes un billete hacia el Tíbet, lugar que está de
moda para hacer la puesta a punto de las almas.

Me denuncio ante usted de olvidar a esa joven, que
es un grito con faldas, enfangada de muerte y
jeringuilla, a la que desterré de mi portal y , dócil
como perro, se marchó para ser devorada por la noche.

Me acuso, sí, me acuso de responderle a la violencia
con su mismo lenguaje, de haberme acostumbrado a
los mendigos, al hambre colectiva ... y blanquearme
luego la conciencia culpando a los gobiernos,
incluso al propio Dios.

Si alguna vez consigo obrar de otra manera y comienzo
en mi mismo la paz tan deseada, quizá será el momento
de hablar de la paloma y el olivo.
Hoy me miro de frente y me sonrojo.

LLAMADA (1996)

Mirad que soy
ciento sesenta y cinco
centímetros de playa
de la que se ha marchado el mar.
Hay tantas huellas en la orilla
que a veces es difícil retener
los nombres que eran suyos.

Mirad que es necesario
sentir el pie y el peso de su cuerpo,
que me prolongo por los brazos
y me adentro en el polvo
en busca de las aguas.

Mirad que estoy abierto
y en la llaga invertida
me confunde la noche las mareas,
que nadie liba mi pezón
y se desborda de romero.

Mirad que estoy dormido y no hay reloj,
que os necesito y llamo desde lejos
con una sola voz que me han prestado.

UNA SEÑAL CUALQUIERA (1996)

Vosotros, sí, vosotros,
a los que doy arena yagua,
de mi grito nocturno fugitivos,
la lluvia me claváis en cada poro
después de repartiros mi estatura.