
Leo despacio, saboreando cada párrafo, como debe ser, “La noche que murió Paca La Tuerta”, libro de cuentos de ese incansable trabajador polifacético, humanísimo y humanista que se llama Juan Calderón Matador.
La obra está editada por ediciones Cardeñoso y se nos presenta con una portada preciosista cuyo motivo principal es un cuadro del propio Calderón, simbolista y brillante.
Relatos diversos, recoge aquí este poeta de pluma bien cortada, que ya en el verso nos había deslumbrado tantas veces y ahora, en la prosa, vuelve a hacerlo con la precisión de su palabra y la altura de sus recursos.
Aunque, como es normal en todo libro de narraciones cortas e independientes, se nos presenta heterogéneo, podemos encontrar un cierto hálito común en lo esotérico, lo paranormal o extrasensorial que ocupan la mayor parte de los argumentos que se desarrollan en él.
El título ha sido tomado del relato que encabeza el volumen, y en él, Paca, por ironía aldeana, la Tuerta, muere una noche plena de misterios en que la venganza se ejecutará desde el otro mundo, en un aguafuerte de dramas presentidos y aguda sorna no exenta de crítica a la hipócrita moral de las sociedades pequeñas y cerradas.
Hay, dentro de ese ambiente mistérico, algún cuento que desborda poesía como La mujer de la boquita roja, cuya sorpresa final nos deja un regusto agridulce y una vaga amenaza temblando en el aire.
Quizá deberíamos resaltar también El chino del libro rojo extraordinaria historia de intriga que termina resuelta en el enfrentamiento final entre el autor y sus personajes, con final inesperado y de gran poder evocador.
Estamos, en suma, en un libro de relatos que nos atrae y nos atrapa desde el primero de ellos, por su frescura, su lenguaje preciso y precioso, su habilidad narrativa, la resolución de sus tramas y la imaginación fecunda de un poeta que brilla en su prosa con los mismos destellos con que nos deslumbró con su poesía.
José Iglesias Benítez
La obra está editada por ediciones Cardeñoso y se nos presenta con una portada preciosista cuyo motivo principal es un cuadro del propio Calderón, simbolista y brillante.
Relatos diversos, recoge aquí este poeta de pluma bien cortada, que ya en el verso nos había deslumbrado tantas veces y ahora, en la prosa, vuelve a hacerlo con la precisión de su palabra y la altura de sus recursos.
Aunque, como es normal en todo libro de narraciones cortas e independientes, se nos presenta heterogéneo, podemos encontrar un cierto hálito común en lo esotérico, lo paranormal o extrasensorial que ocupan la mayor parte de los argumentos que se desarrollan en él.
El título ha sido tomado del relato que encabeza el volumen, y en él, Paca, por ironía aldeana, la Tuerta, muere una noche plena de misterios en que la venganza se ejecutará desde el otro mundo, en un aguafuerte de dramas presentidos y aguda sorna no exenta de crítica a la hipócrita moral de las sociedades pequeñas y cerradas.
Hay, dentro de ese ambiente mistérico, algún cuento que desborda poesía como La mujer de la boquita roja, cuya sorpresa final nos deja un regusto agridulce y una vaga amenaza temblando en el aire.
Quizá deberíamos resaltar también El chino del libro rojo extraordinaria historia de intriga que termina resuelta en el enfrentamiento final entre el autor y sus personajes, con final inesperado y de gran poder evocador.
Estamos, en suma, en un libro de relatos que nos atrae y nos atrapa desde el primero de ellos, por su frescura, su lenguaje preciso y precioso, su habilidad narrativa, la resolución de sus tramas y la imaginación fecunda de un poeta que brilla en su prosa con los mismos destellos con que nos deslumbró con su poesía.
José Iglesias Benítez
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