REVISTA "RAÍCES DE PAPEL" Nº 12 (2014)

jueves, noviembre 05, 2009

SEIS MESES DE TÉ CON PASTAS (DE CARTÓN)

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Durante el primer semestre de 2009, Juan Calderón organizó unas tertulias literarias dentro del Colectivo "Tirarse al Folio", a las que llamamos "Té con pastas (de cartón), invitando a destacadas personalidades del mundo de las letras. A continuación, los textos de presentación que escribió para cada uno de ellos.



PEPA DE CASTAÑER


La dama de la palabra


Pepa Botella es de Alcoy, aunque está afincada en Madrid, a donde llegó siguiendo a su esposo, Ramón Castañer, prestigioso pintor, del que ha tomado el apellido, siendo con el paso del tiempo más conocida como Pepa de Castañer.

Han pasado muchos años desde que tuve la suerte de conocer a esta interesante mujer. Fue en los talleres de la Asociación Prometeo de Poesía, lo recuerdo muy bien por la gran impresión que me causó. Su forma de interpretar los poemas era magistral, tan sobria, con aquella dicción tan perfecta, una voz profunda, llena de matices y una presencia imantadora que conseguía detener el aire. No estaba allí en calidad de poeta, simplemente acudía como amante de la poesía, incluso nos dio algún cursillo de cómo se ha de recitar. Algo debimos aprender, sin duda, pero nunca ninguno de sus ocasionales alumnos hemos conseguido su maestría. Y es que, no en vano, Pepa se tituló en el Conservatorio de Música y Declamación de Valencia, con premio extraordinario de fin de carrera en Declamación Práctica.

Comienza su andadura artística con la Orquesta Sinfónica Alcoyana, como solista-narradora en la obra “Pedro y el lobo”, de Sergei Prokofiev, bajo la dirección de Rafael Casasempere, interpretando más tarde esta misma obra con la Orquesta Municipal de Valencia, dirigida por Enrique García Asensio. Pero son los recitales poéticos los que forman el eje de su actividad a lo largo y ancho de España, con escapadas internacionales, visitando repetidas veces en labor cultural, con programas diferentes en cada ocasión, a la emigración en Alemania. Ha tomado parte como jurado del festival de TEATRO EN LA R.F.A., celebrado en KASSEL. Creó el grupo de teatro del Instituto Simancas de Madrid, y lo dirigió durante once años, llevando a cabo una gran labor pedagógica.

Como autora no se ha prodigado mucho; comenzó colaborando en revistas literarias, pero no tardaría en obtener su primer premio como narradora. Fue en 1975 por su cuento “Los Reyes que no llegaron”, concedido por la Asociación de Amigos de los Reyes Magos, de Alcoy. En 1998 publicó “La Realidad Imaginada, Milagros Jordá Puigmoltó”, un estudio sobre la vida de la poetisa alcoyana, editado por el Ayuntamiento de Alcoy y el Instituto de Cultura Juan Gil-Albert, de Alicante. Recientemente ha presentado una biografía sobre su esposo, libro titulado “Autorretrato con Paisaje, Ramón Castañer”. Un libro ameno de lectura, repleto de aciertos literarios, y entrañable en su contenido, que no hay que olvidar que cuenta la vida de su esposo, pero también la suya a su lado. Pepa y Ramón forman un tándem perfecto. Con frecuencia los encuentro paseando por Manuel Becerra, nuestro barrio común, y es gratificante ver el cariño con el que se miran, ese amor que ha perdurado durante tantas décadas, y que provoca envidia sana. Hay un retrato de Pepa, muy joven, pintado por Ramón, donde ya queda patente el inmenso cariño hacia su compañera. Ese cuadro me inspiró un poema, incluido en mi libro “Mirar el Arte en Clave de Poesía”, y también en su libro biográfico, que no me resisto a leer para todos los contertulios, pero especialmente para vosotros, Pepa y Ramón.



RETRATO DE PEPA


Crece la mancha, se hace lirio,

malva se extiende decidida

a crear bellas formas femeninas.


Brotan cimas turgentes,

se afina la cintura,

reposan las caderas

sobre trono de viento.


Un brazo languidece encaminado

al paraje sereno

de rodilla con mano

y el color de la sangre se aposenta

sobre los afilados territorios

que rematan los dedos.


La extremidad izquierda está arqueada

con clara vocación

de ser asa del ánfora que guarda

los tesoros más gratos del querer.


Desde los hombros parten los caminos

capaces de llevarnos al paisaje

de un rostro tan hermoso

como el amor que esconde

entre los vericuetos del rodete.


El mundo se ha marchado del retrato.


Al otro lado del pincel,

Ramón adora a Pepa.

Solamente ellos dos

saben lo dulce que es el beso.



Y por mi parte solamente añadir que estoy muy orgulloso de poder contar en nuestra tertulia con esta gran dama de la palabra, esta magnífica interprete de poesía, y esta buena narradora, a la que agradecemos enormemente su presencia, así como la compañía de Ramón Castañer. Sin duda alguna Pepa nos hará pasar una maravillosa tarde de cuentos y relatos.


Juan Calderón Matador

Madrid, 14 de Enero de 2009

















TÉ CON PASTAS (DE CARTÓN)


Sesión nº 4, 18 de Febrero de 2009



EMILIO PORTA


Un señor con ganas de agradar




Emilio Porta nace en Madrid en 1957. Es licenciado en Derecho, Publicista (autor, entre otros trabajos, del logotipo del AVE (tren de alta velocidad) , Conferenciante, Articulista, Crítico Literario y Cinematográfico, Compositor, Letrista, y sobre todo Poeta y Narrador. Es Secretario de la Asociación de Escritores y Artistas Españoles, y director de su Departamento de Publicaciones y Actos Culturales.


Entre sus publicaciones encontramos libros de poesía, narrativa, ensayo y cuadernos de viaje, con títulos como: “MEMORIAS DE SAINT LEONARD”, 1980, “TRONDHEIM”, 1982 “COMPAS DE ESPERA”, 1983, “EL BAUL DE KÖVENHAVN”, 1984, “TRAVESIA DE ALFAMA”, 1988, “PORLOK”, 1989, “A BRASILEIRA”, 1992, “ANAMAREL”, 1994, “NAVEGACIÓN DEL VACIO”, 1997 “DISEÑO DE LA NOCHE” 2003, “DIARIO DESPERTAR”, 2005, “DESTINOS Y CABALLEROS”, 2007, “TOMO SECRETO”, 2008.


La primera vez que los caminos de la vida quisieron hacernos coincidir, en este continuo deambular de la literatura, fue en la calle Génova de Madrid, en la cueva de una cafetería llamada “Bentaiga”. También allí, como en “La Parisiena” hoy, había ruido y humo, pero sobre todo había amistad, curiosidad, muchas ganas de aprender y un anhelo de superación tan grande, que conseguía hacer más llevadero el arduo trabajo del aprendizaje. En una de aquellas tardes de versos, vi bajar las escaleras a un hombre joven, altísimo, que, con cierta timidez y exquisita educación, se sentó entre nosotros. No sé qué pensaría de la locura colectiva que reinaba en el lugar, pues yo no he visto jamás un taller más duro que aquel, en el que los más preparados daban leña literaria a diestra y siniestra. Yo siempre fui muy comedido a la hora de juzgar el trabajo de los compañeros, entre otras cosas porque no era más que un aprendiz, pero los había verdaderamente despiadados, y más de una lágrima he visto caer sobre los folios escritos. Aquella tarde de nuestro primer encuentro, yo había llevado un poema dedicado al Castillo de Alburquerque; se trataba de una carta de amor que le escribía la luna, en la que se mostraba celosa de la hermosura del monumento. En aquella ocasión las críticas no fueron duras para mi trabajo, hasta creo que se le dedicaron algunos elogios. Cuando finalizó la sesión, Emilio Porta se acercó a mí y me felicitó. Esa fue la primera vez que intercambié con él unas palabras, y ya desde entonces me di cuenta de que una de sus principales características es la de querer agradar, la de ser amable por naturaleza. Han sido muchas las veces que he podido comprobar este rasgo de su personalidad a lo largo de los años. Emilio es asiduo a los actos de sus compañeros de peregrinaje y siempre, siempre, tiene una palabra de aliento para la persona que en ese momento expone su obra. No hay coloquio en el que él no aporte su punto de vista. El silencio no parece entrar en sus normas de comportamiento, y se moja en sus opiniones, desde el respeto y la admiración. En ese afán de colaboración podemos encontrarlo día tras día en la Asociación de Escritores y Artistas Españoles, donde pone a nuestra disposición su trabajo desinteresado, coordinando y presidiendo un acto tras otro (y esto no siempre es agradable, pues a veces son soporíferos), o poniendo en marcha la revista Mirador, sin otra recompensa que la de servir a los demás. Hay un pequeño dato, frívolo quizás, que a mi me pone de manifiesto la gran talla humana de este hombre: Mientras la gente, en general, pretende dar una imagen grandilocuente de su presencia, para lo cual recurren a todas las artimañas a su alcance, como puede ser la de epatar conduciendo un gran coche de última generación, Emilio se desplaza de acá para allá en una humilde moto, que le conozco desde tiempo inmemorial. Son pequeñas cosas que para mí, que soy hombre observador, me dan la verdadera dimensión de las personas.

En cuanto a su obra, amplia y sólida, diré que es escueta de palabras, sólo las precisas para transmitir pensamientos o sentimientos. Emilio no gusta de florituras innecesarias, va al grano, pero no de forma ramplona sino culta, sabiendo muy bien a dónde se dirige y por qué caminos lo hace. Es un mago que sabe esconder sabiamente, entre líneas, aquello que el lector debe descubrir por si mismo, esos mensajes que sólo una lectura sosegada dejará al descubierto. Es entonces, y solo entonces, cuando podemos apreciar al fino poeta, que rescata para sus versos pasajes históricos, mitológicos o metafísicos, donde asienta sus conceptos literarios. Pero no sólo es poeta, también es narrador, aunque con frecuencia su prosa tiene algo de poesía, y su poesía a veces está tan desnuda que se aproxima a la prosa. En cualquier caso siempre es un buen autor, y esta tarde vamos a tener la oportunidad de comprobarlo.

Gracias, Emilio, por haber querido estar hoy con nosotros. Estoy muy orgulloso de que así sea, tanto como lo estoy de haber podido compartir contigo las publicaciones: Cuentos para Segovia, Cuentos para Murcia, o la Muestra Siglo XXI de la Poesía en Español, entre otras.

Queridos compañeros de Tirarse al Folio, es un placer poder dejaros con la palabra de nuestro invitado, Emilio Porta.

Juan Calderón Matador



TÉ CON PASTAS (DE CARTÓN)

Sesión 5ª, 11 de Marzo de 2009

JUAN RUIZ DE TORRES

El misterio de la energía


Cuando supe que Juan Ruiz de Torres aceptaba nuestra invitación para acudir a la sesión nº 5 de Té con pastas (de cartón), pensé lo fácil que resultaría presentarlo, por lo mucho que se puede decir de él, pero no tardé en darme cuenta de lo errado que estaba, pues aunque conocía sobradamente su amplio currículo, al verlo desplegado ante mí, me vi asaltado por el vértigo. ¿Por dónde empezar? ¿Qué podría eliminar y qué seleccionar? Preguntas que aún, en este momento, no sé responderme, sobre todo pensando que todo en su trayectoria tiene relevancia, pero que es imposible detallar, sin riesgo de empalmar directamente con nuestra sesión del mes que viene. Dicho esto, Juan, te pido disculpas por todo aquello que se me quede en el tintero y que consideres digno de mención.
Juan Ruiz de Torres es Madrileño, aunque ha vivido en tantos países, que bien podríamos considerarlo ciudadano del mundo. Habla inglés, francés, griego, italiano, ruso, portugués y alemán. Es Ingeniero Industrial, Periodista, ha realizado estudios de Ciencias Económicas (en New York y Madrid), Control de Producción, Física Atómica y Nuclear, Solfeo, Licenciado en Informática y en Filología Hispánica. Ha ejercido como profesor de Enseñanza Media (en Madrid), Profesor Universitario (en España, Colombia y Estados Unidos), Profesor de Drama en la Universidad de Santiago de Cali, Colombia. Es Experto en Economía Industrial (O.I.T. y O.N.U.) y como Ingeniero ha trabajado para Heredia y Moreno, IBM España e IBM Europa. Ha sido Director y Actor de diez grupos teatrales, con representaciones de más de cincuenta obras, en España, Colombia, Chile y Grecia. Yo mismo he sido dirigido por él en dos ocasiones, la primera en “La Casa del Tiempo”, obra de su autoría, y la segunda en “Tres sombreros de copa”, de Miura. En ambos casos, he de decir que, me ha hecho sufrir y disfrutar a partes iguales, pues es un director con carácter, con las ideas muy claras, y hasta que no consigue las cosas como las tiene concebidas en su mente no descansa. No podía faltar en su haber un coqueteo con el mundo del celuloide, habiendo dirigido en Grecia una película, que yo he podido visionar hace algún tiempo, considerando que, en la actualidad, los cinéfilos tendrían que tenerla como obra de culto. También ha sido Director del I y II Festival de Autores Colombianos. Fundador y Presidente de Ateneos en Colombia, Chile y Grecia. Fundador y Presidente de la Asociación Cultural El Foro de la Encina. Fundador y Documentalista de la Academia Iberoamericana de Poesía (Junto a él tuve el honor de formar parte de la directiva del Capítulo de Madrid, durante algún tiempo). Pero si ha puesto en pie cosas tan importantes como las citadas, creo que ninguna lo ha sido tanto como la Asociación Prometeo de Poesía, en Madrid, en la que consiguió levantar el movimiento poético más relevante de los últimos veinticinco años en España. Desde esta Asociación ha dirigido talleres, cinco colecciones de poesía, cinco Ferias de la poesía, tres Bienales Internacionales de Poesía, revistas en papel y digitales, y la más amplia oferta de actividades. También en esta asociación he compartido muchas horas y vivencias con Juan, y actualmente ostento el cargo de Censor de Cuentas.
Juan Ruiz de Torres ejerce de jurado en diversos certámenes literarios, él, sin embargo, tiene a gala el no haber concursado jamás en premio alguno. Eso no quiere decir que no haya sido galardonado repetidas veces, pero siempre por el conjunto de su obra o por méritos personales. Citaré algunos de estos reconocimientos: Ateneo de Oro (Colombia), Prometeo de Bronce (Madrid), Abad Orden Mesetaria del Buen Trovar (Guadalajara), Medalla de Honor (Lepanto- Grecia), Medalla de Honor del Instituto de Cultura Puertorriqueña, Medalla Carlos Sabat Ercasty (Montevideo), Académico, Palma de Oro (Nápoles), Pluma de Oro, Asociación Prometeo de poesía, Maestro en Poesía (Valparaíso-Chile), Premio José Vasconcelos” (Frente de Afirmación Hispanista- Mexico).
Ha publicado más de treinta poemarios, un gran número de plaquetas, y numerosos ensayos literarios, sin olvidar sus incursiones como autor teatral, o como compositor. En este último campo ha editado un C.D. títulado “Espiga de trigo”, donde recoge algunas de sus composiciones. La narrativa tampoco le es ajena, con títulos como País con islas (bajo el heterónimo Fumío Haruyama), como anécdota diré que en esta novela Juan me convirtió en personaje de ficción, pues uno de los que conforman su trama está inspirado en mí, cuando yo me dedicaba al mundo del arte y dirigía la Galería “Albaquercus”. Por poco no lo cuento, es otro de sus trabajos, junto a Trece historias de soledad, y colaboraciones en varios libros colectivos. Sus poemarios son tantos que solamente citaré algunos. El primero se remonta a 1965 La luz y la sombra, y a éste siguieron títulos como Trece sonetos, Crisantemos, Las Trece puertas del silencio, (como podréis observar el trece es un número fetiche para nuestro invitado, pues aparece repetidamente en los títulos de sus obras)Verano, Verano, Sic Transit, El jardín de las horas (firmado por Fumio Haruyama, escritor oriental, según nos hizo creer, tras el que se escondía su persona, cosa que no supimos hasta pasados unos años), El hombre de Ur, (libro que yo escogería como mi favorito entre todos los suyos, no porque los otros sean peores sino porque éste me parece extraordinario y me llega de una forma especial) Herencia, y tantos otros, todos interesantes, pero imposible de enumerar en este espacio reducido.
Después de escuchar cuanto hasta aquí os he relatado, podréis comprender porqué he titulado esta presentación “El misterio de la energía”, y es que el vigor, que Juan Ruiz de Torres tiene para afrontar la vida, siempre será un misterio para mí ¿Cómo es posible que pasen los años y siga mostrando la misma vitalidad que cuando nos conocimos, hace ya tanto tiempo? Siempre ávido de aprender, de estudiar, y de transmitir sus conocimientos a los demás. Su mente es una yegua desbocada. Le basta una pequeña conversación, una mínima idea perdida entre palabras, para agarrarse a ella y de ahí lanzar un proyecto a su interlocutor. No sabe estar parado. La vida, seguramente, no tendría sentido para él si no pudiese crear, proyectar, hacer tangible lo que su mente le exige, y así ha sido desde niño, cuando su padre le subía en una mesa para que amenizase las veladas de las visitas, cantando o recitando. Cuando llegue el momento de ajustar cuentas, está clarísimo que no tendrá problemas ante el Creador, que fue tan generoso al adjudicarle sus talentos, pues él podrá devolverlos multiplicados abundantemente. Yo he de confesar que no siempre le he podido seguir el ritmo, y, hasta en alguna ocasión, su nivel de exigencia me ha provocado pesadillas. Recuerdo aquella en la que me veía en un camino, sin fuerzas ni voluntad para continuar, mientras Juan, disfrazado de Conejito Duracel me decía “Vamos, vamos, que nos vamos”, “No puedo más, me muero” le respondía, hecho un guiñapo. “¿Cómo que no puedes? Tú y yo somos como las sábanas Dalmases, que se lavan, se lavan y nunca se acaban”. Y con aquel eslogan publicitario de mis años niños conseguía ponerme nuevamente en pie y seguirlo un poco más.
Estamos esta tarde ante un hombre admirable, excelente poeta, buen narrador, autor teatral, compositor, director artístico, animador cultural, magnífico orador, un hombre al estilo de aquellos otros del renacimiento, que reunían en uno sólo todas, o casi todas, las ramas de las artes. Es un verdadero placer para mí tenerle entre nosotros y haceros partícipes de su sabiduría.
Juan, te agradezco, te agradecemos, tu generosidad al visitarnos y compartir tu tiempo con Tirarse al Folio, un colectivo literario joven y casi desconocido. Esperamos que te sientas cómodo entre nosotros y te lleves buen sabor de boca, para que te apetezca volver. A nivel personal, me congratulo de que me honres con tu amistad, desde hace tantos años, y te doy las gracias por ello.
Antes de que tome la palabra, pido para nuestro invitado de honor, Juan Ruiz de Torres el aplauso que se merece.
Juan Calderón Matador



UR-12


Dormir, soñar seguro.

Y en el sueño, llegar

más allá de los límites que la naturaleza

impone al miserable

cuerpo que me circunda.


Dormir, sentir que renacemos

a una vida distinta vaporosa,

tocados de la gracia.

Nuevos seres y fuerzas,

ventanas y lugares,

esperan cada noche en la otra orilla.


Dormir, y en ese viaje

hacia pasados días,

recuperar alientos extraviados

en un pliegue del tiempo,

reencontrar los sabores y los músculos,

los amigos, la miel y la sorpresa.


Dormir, y estar en Ur de nuevo,

cerveza muy caliente entre las manos,

Sarái niña y traviesa,

mi padre junto a mí.

O en estos mundos, jóvenes y extraños,

ajenos a la Tierra,

que me visitan y visito.


Dormir, ser al fin dueños,

únicos y magníficos, de escondidas verdades

con nadie compartidas, deudoras de ninguno.

Los sueños no se venden ni se prestan;

son más nuestros, más íntimos

que la piel y la sangre,

que las terrenas posesiones.


Es un bien tan preciosos

el del sueño, nos hace tan cercanos

a esa magia perdida en el Edén,

que creo que ni sabes

que nos lo diste, Dios.


Es tu mayor regalo

y dice cómo eres poderoso:

en un punto de distracción sublime,

dejar que te robásemos el más alto secreto.



TÉ CON PASTAS (DE CARTÓN)


Sesión 6ª, 22 de Abril de 2009



ÁNGELA REYES


Miel sobre hojuelas


Nuestra invitada de esta tarde vino a la vida en el gaditano pueblo de Jimena de la Frontera, y estoy seguro de que fue un regalo que Dios quiso hacernos a todos los amantes de la poesía. Miel sobre hojuelas es una expresión que en el habla popular se aplica a las cosas buenas que se ven favorecidas por otras aun mejores. Las hojuelas son una fina pasta de harina y huevo, que ya en el siglo XV era manjar de la gastronomía española. Tras freírse se rocía de miel caliente, y el resultado es un exquisito pastel. Ángela Reyes es la miel sobre las hojuelas literarias, ese dulce ingrediente que convierte en delicia las palabras. Tal vez, en esta presentación, se note demasiado la gran admiración que siento por la obra de Ángela, pero es que ni puedo ni quiero ocultarla. Soy uno de sus mas fervientes seguidores. Ni uno solo de sus libros me ha decepcionado, es más, ni uno solo de sus poemas me ha parecido menos bueno. ¡Y ya son poemas y libros los que he leído de ella! Entre otros puedo citar: Amaranta, publicado en 1981, La muerte olvidada (1984), Lázaro dudaba, por el que obtuvo el premio San Lesmes Abad, 1987, La niña azul (premio Villa de la Roda, 1991), Cartas a Ulises de una mujer que vive sola (Premio Leonor, 1992), Breviario para un recuerdo (Premio Vicente Gaos “Ciudad de Valencia”, 1997), Carméndula (Premio Blas de Otero, 2001), y No llores Poseidón, en 2008. A estas publicaciones hay que añadir otras en colaboración con su esposo, el también escritor Juan Ruiz de Torres, que ya tuvimos el placer de escuchar en nuestra pasada sesión.

Ángela es una sorprendente fabuladora. Con frecuencia toma personajes mitológicos, históricos o inventados para convertirlos en protagonistas de sus poemarios, mundos mágicos en los que el lector puede recrearse en imágenes hermosísimas, en metáforas que enriquecen la percepción de los hechos. Su poesía está plagada de sensualidad, de erotismo algunas veces, de lirismo siempre. Y llegados a este punto, aun a sabiendas de que ella va a leernos algunos de sus trabajos, no puedo reprimir el deseo de mostraros algún fragmento de su obra. He elegido el poema III de La niña azul.


Pudo cerrar el viento la puerta de la casa,

tenderse junto a ella, y decir:

-Yo soy su amante,

yo soy el cancerbero de la tristeza de su boca.

El que la viste

y cada tarde enjuga sus axilas-.


Pero el viento ovillóse en el tejado

-tan distante como una enredadera-

mientras la muerte y sus errantes tribus

fueron hasta la alcoba donde ella dormía.


No la oímos quejarse

al quedar convertida en un páramo azul,

ni tampoco llorar cuando quiso y no pudo

correr, salirse de su rostro:

todo un huerto sumido en la penumbra.


Su mano,

que ya no hablaba nuestro idioma,

siguió latiendo

sobre el embozo de la sábana,

se quedó entre nosotros

hurgando en nuestras cosas.


Hasta que un día se nos hizo vieja,

se llenaron de historias sus arrugas.

Marzo llegó y aquella mano no pudo recibirle,

no supo reinventarse un tacto de pomelos.


Murió soñando a la muchacha,

su dueña,

la que llevaba mucho tiempo ida.

Viviendo en el silencio de las cosas.


Ángela, rara vez escribe directamente sobre sus propios sentimientos, su poesía casi siempre es de la otredad, aunque lo más probable es que sus latidos estén ocultos entre las vivencias ajenas, esas que tan hábilmente sabe retratar. ¿De qué otra forma podría dotar de tanta verosimilitud a cada uno de sus personajes, ya sea Lázaro, el resucitado, o Penélope en esa relación epistolar con Ulises?

Hasta aquí hemos hablado de la Ángela Reyes poeta, pero no menos importante, es su faceta de narradora. Claro que en ella, sobre todo en sus primeros trabajos, la poeta y la narradora se mezclan de tal forma, que el resultado parece ser uno solo. En sus poemas hay mucho de fabulación y su narrativa está salpicada de poesía en cada uno de los renglones. Ya en su última novela publicada, Los trenes de marzo (11-M), están menos presente los tintes poéticos, y nos muestra a una novelista más a la usanza. Igual de buena en cualquier caso. Y es que Ángela Reyes todo lo hace bien, como lo demuestran sus muchos premios. Sus publicaciones como narradora son: Crónica de un lirista naufragado, (1991), Morir en Troya, (2001. Premio Juan Pablo Forner), Adiós a las amazonas, (2004), Cuentos en la Arganzuela, (2005), y Los trenes de marzo (11-M), (2008).

Después de leeros el pequeño fragmento que he seleccionado de su novela Morir en Troya, estoy convencido de que no tendréis más remedio que enfrascaros en su lectura.

“...Ningún pariente acompañaba a las madres, ninguna plañidera lloraba junto a ellas, porque tan solo a la “taigeta” le estaba permitido llorar en el momento en que ellas, de pie y junto al borde de la garganta, arrojaban al vacío a sus niños enfermos, a ese hijo que todos repudiaban por nacer con taras físicas. Entonces la “taigeta”, sólo ella, lanzaba al Hades un alarido, un grito de dolor que rebotaba muchas veces entre las peñas y caía, y se precipitaba, y rodaba acompañando hasta la muerte a los desdichados cuerpecitos...”

Podríamos añadir mucho más a la semblanza de esta autora que nos visita, pero restaríamos tiempo a su intervención, que es lo que verdaderamente nos interesa, por lo que solamente me queda dar las gracias a Ángela Reyes por haber querido estar con nosotros esta tarde, que estoy seguro no podremos olvidar ninguno de los presentes.


Juan Calderón Matador



TÉ CON PASTAS (DE CARTÓN)


Sesión 7ª, 13 de Mayo de 2009



IRENE MAYORAL


La exquisitez sobre tacones

Estamos esta tarde ante una persona abanderada de la paz, y lo es desde el mismo momento de su bautismo, pues esa condición va implícita en su nombre: Irene, que en griego significa precisamente eso, PAZ.

Irene Mayoral es madrileña, aunque pasó la infancia en Manzanares de La Mancha, por culpa de su mayor enemiga, La Guerra, esa bestia voraz capaz de dejar sin madre a una niña reciente, una niña en la que todo era armonía, como siguió siéndolo en la hermosa mujer que más tarde fue y sigue siendo. Los que aún no la conocéis no vais a tardar en daros cuenta de ello, pues toda su persona va envuelta en un halo de serenidad, de buenas maderas; hasta su voz es dulce, acariciadora. En definitiva, tal y como lo anunciaba el título de esta presentación: es la exquisitez sobre tacones. Lo de los tacones es un detalle que no podía faltar a la hora de hablar de Irene, pues sin ellos no sería ella misma, hasta el extremo de haber dejado ordenado a su hija Irene, otro encanto de persona, que el día de su partida (quiera Dios que tarde mucho tiempo) no deje de calzarla para el viaje con los más altos de su colección. ¿Cómo si no podría caminar hasta las verdes praderas de los cielos? Esto puede daros una pista de su grado de coquetería, y sobre todo el sentido del humor del que hace gala en privado.

En principio Irene parecía estar destinada a convertirse en actriz y cantante. Para ello se preparó, realizando estudios de declamación, música, canto y teatro. Todo ese bagaje, unido a una gran belleza, la llevaron a debutar en algunos espectáculos, y perfilarse como una futura estrella. Pero, por esas travesuras de la vida, el amor se cruzó en su camino, y una vez más hizo de las suyas, consiguiendo apartarla de aquel proyecto. Cambió los neones y los oropeles por una familia, que a buen seguro supo compensarla por la renuncia.

Irene, no parecía estar dispuesta a convertirse exclusivamente en ama de casa, y comenzó a interesarse por la que posteriormente sería su verdadera vocación: la poesía. Para ello no pudo contar con mejor maestro, nada menos que don Gonzalo Menéndez Pidal. Con él aprendió los metros clásicos, entre los que se mueve con soltura y maestría. Su obra sin embargo es plural, y gran parte de ella está escrita en verso libre. También la temática de sus poemarios es muy variada, yo diría que no se ha repetido en ninguno de ellos, así podemos encontrarla velazqueña entre las obras de dicho pintor, espectadora de excepción en la boda islámica de Abir, misionera en África, y un largo etcétera, que nos aproxima a la dimensión cultural de esta mujer cosmopolita y observadora. A su siempre deliciosa pluma une una concienzuda labor de investigación cuando la temática de su obra lo requiere, pero cuando es ella misma la que fluye en el verso, su voz se hace melaza, ramillete de sentimientos anudado por la cinta de las palabras, que brotan directamente del corazón.

Desde 1989 publica con asiduidad. Entre sus publicaciones podemos destacar “Huellas en la soledad”, “Cartas para una voz”, “Velázquez y yo”, “Esa mirada de Abir desde el islán”, “África, diario de una misionera”, “Te estoy (por mayoralas)”, (libro en el que da a conocer una nueva composición poética llamada mayorala, creada por ella. Y no es ésta su única aportación al mundo de la poesía, también es la creadora de otra forma versal, llamada Las Cruces, en la que los poemas aparecen escritos con esa forma.) Y siguiendo con sus publicaciones hemos de señalar “De guerras y niños tatuados”, “Antología mínima”, “Manzanares de la Mancha y yo”, “Ven habitemos en la imaginación”, “Hotel, habitación 202”, y “Una historia, una aeronave”.

Su obra aparece en numerosas antologías, editadas en América, Rusia, Argentina o Inglaterra, y en revistas culturales y prensa, nacional e internacional. Algunos de sus poemas han sido traducidos a diversos idiomas, como inglés, francés, italiano, ruso, etc, y también han sido musicalizados. La revista poética “Puerto Norte Sur”, de Michigan (USA) seleccionó uno de sus poemas para ser esculpido en mármol, y está situado al pie de un viejo cedro, en un jardín de la citada ciudad. Su obra ha sido estudiada en diversas universidades, como la de El Cairo. Ha sido seleccionada por la St. Thomas University (Canada) para la exhibición de Poemas-Poster “Poetas Iberoamericanos Contemporáneos”, exposición itinerante por todas las Universidades de Canadá y USA, desde 1998 a 2006. En esta aventura he de decir que hemos sido compañeros de viaje, ya que también yo he formado parte de ese evento. Y no ha sido el único. Desde 1992, en que ambos formamos parte, como directivos, del Capítulo de Madrid de la Academia Iberoamericana de Poesía, donde se forjó nuestra amistad entrañable, que el tiempo no ha conseguido deteriorar, hemos ido paralelos en multitud de proyectos. Siempre tendré una deuda de gratitud con Irene Mayoral. Jamás podré olvidar que se prestó a escribir un precioso prólogo para mi libro “Ritos de la Memoria”, cuando nadie sabía de mi existencia en el campo de las letras, y no sólo eso, también se ocupó de abrirme puertas aquí y allá, con una generosidad sin límites. Por todo ello, aprovecho esta ocasión para darte las gracias, Irene, pues sin tu ayuda es muy posible que hoy no estuviese haciendo de presentador en este acto que Tirarse al Folio te dedica.

De su obra se han ocupado afamados críticos literarios, entre ellos citaré a don Manuel Alvar, presidente de la Real Academia de la Lengua. Y ha recibido comunicados de S.S. el Papa Juan Pablo II, y de Sus Majestades los Reyes de España.

Su actividad es incesante, habiendo realizado recitales a lo largo y ancho del mundo, con intervenciones en emisoras de radio y canales de televisión. También es requerida frecuentemente para ejercer de pregonera, bien sea Navideña, de Semana Santa, o de Fiestas Patronales, en diversos puntos de nuestra geografía. Es jurado de varios certámenes literarios. Ocupa los cargos de Diputada del Parlamento Internacional de Estados para Seguridad y Paz, con sede en Italia y presencia en UNESCO (cargo que conlleva Distintivo Diplomático). Miembro del Consejo Ejecutivo del Cuerpo de Periodistas Parlamentarios (Con inmunidad parlamentaria) Directora del “Aula Literaria Tres mil”, por la que ha desfilado lo más granado del mundo literario. Miembro del Patronato de la Asociación Prometeo de Poesía. Miembro Activo del I.C.A., de Méjico. Chef-Consejera Ejecutiva de la “Internacional Akademy S. Lukas Antwerpen”,de Alemania. Viceministra del Parlamento Internacional de Estados para Seguridad y Paz, así como Secretaria General de Asuntos Sociales (Parlamento con representación diplomática de 152 países)

Le han sido concedidos los Premios: “Hoja de encina” de poesía breve. “Baronesa delle Arti-Rosone de Oro” Palacio Cutelli, en Catania (Italia), “Arte Alemania 98” por obra escrita. Premio “Salvador Rueda, 99” de la Casa de Málaga y Andalucía, en Madrid. Premio Internacional “Medalla de oro Friedrich Hölderlin” de la Academia Antwerpen de Alemania (Años 2000 y 2003).

Las distinciones y homenajes internacionales que ha recibido forman una lista interminable y sería prolijo enumerarlos, por lo que voy a pasar la palabra a Irene, a la que agradecemos su presencia esta tarde en nuestra tertulia “Té con pastas (de cartón)”, una tertulia que, por el mero hecho de haber contado con ella entre sus invitados, adquiere un poco más de relevancia.


Juan Calderón Matador


JULIA GALLO SANZ


Julia Gallo Sanz, palentina, de Villarramiel, Tierra de Campos, reside en Madrid desde hace muchos años, donde ha llevado a cabo su vida laboral. Graduada Social, secretaria en Telefónica de España y Formadora Ocupacional Pertenece al patronato (con la letra G) de la Asociación Prometeo de Poesía, a la Asociación de Escritores y Artistas Españoles, Asociación Cultural y Artística “Grupo Muriel”, de Palencia, y a la Academia Iberoamericana de Poesía. Promotora y cofundadora del Grupo Literario de Cultural Telefónica deMadrid. Presidenta de la Asociación Tintaviva. Pintora e ilustradora. Divulgadora cultural. Ha dado recitales en Portugal, Alemania, Suiza, Austria, y por supuesto a lo largo y ancho de España. Ha presentado en diferentes estrados a escritores prestigiosos como Luís López Anglada (Premio Nacional de Literatura), José López Martínez (Director de la AEAE) o Luís Hernández del Pozo (Crítico de Arte), entre otros muchos. Ha sido galardonada reiteradamente. Treinta y cuatro son los premios recibidos entre prosa y poesía, tanto a poemarios completos como a obra suelta.

Ha publicado los siguientes poemarios: REGRESO AL PRETÉRITO, (2001), REGRESO AL PRETÉRITO Y OTROS POEMAS (2004), ENTRESUELO, (1er premio Cristo de la Nave, de Manzanares el Real, 2002), LA CENIZA EN EL OJO (Accésit Premio de Poesía Villa de Jérica, 2005), 48 HORAS, (Premio de poesía Victoria Kent, Algeciras 2006), DE CAPITAL PECADO, O LA GRACIA DE PECAR (Certamen internacional de poesía satírica y artículo burlón “Chumy Chúmez”, MEMORIA A BARLOVENTO (VERSOS DE AGUA) (2008). En cuanto a prosa ha publicado el libro EL DIA DE MÁS LUZ (2003).


1 comentario:

LA LIS ESTOICA dijo...

Estimado Juan Calderón Matador:
Como dilettante que soy de la poesía, me gustaría saber más sobre esa nueva composición creada por Irene Mayoral, pues he navegado por el buscador de Google y no hay una página o sitio donde se explayen más sobre el tema.
Me agradaría saber cómo es su estructura o esquema poética, a los fines de un mayor conocimiento sobre las mayoralas.
Desde ya agradezco sobremanera la atención dispensada.
Suyo, atentamente.

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