TITULO: RITOS DE LA MEMORIA
AUTOR: JUAN CALDERÓN
EDITORIAL: BETURIA EDICIONES (Madrid)
SOY DOCIL PRISIONERO DE SU TRENZA,
esa línea de trigos en gavillas,
que serpentea desde la nuca a lo innombrable.
Sabueso contenido tras sus pasos,
a veces rigodón, a veces polca,
me impone sus cadencias
con esa misma gracia que a la falda,
leve bruma prendida a su cintura,
con frutas siempre frescas y tucanes.
¡Cómo anhelo ser ave y su liturgia
o pulpa para darle todo el jugo
y descubrir su sexo con sabor de arándanos!
SE HA SENTADO EN EL PARQUE ABANDONADA
al desgano de una fuente y su frescor.
¡Qué verde la yedra, que espléndido el sol,
qué limpio bronce su piel!
Le ha robado un alivio al abanico.
Hay un revoloteo de sortijillas
enmarcando su frente
y de la blusa, nautas emergen dos colinas
que veloces se ocultan tras la seda.
La luz se hace pequeña en un magnolio.
Ella se va perdiendo entre los tilos
y yo me fundo estatua en el paisaje,
con la garganta yerma para el grito
y la mano extendida inútilmente.
HA SURGIDO ENTRE SOMBRAS
como el alba,
como esa luna llena
que recorre su nuca
con un peine de plata.
La mirada,
gacela que va y viene asustadiza,
huye y me busca espejeando.
Me ha imantado en el brillo de sus ojos,
ruta secreta al paraiso.
-Ayer te vi en el parque-
me susurra
y yo, niño de mármol sorprendido,
le regalo mi mapa de alhelíes.
(Poemas del libro "Ritos de la memoria")
AUTOR: JUAN CALDERÓN
EDITORIAL: BETURIA EDICIONES (Madrid)
SOY DOCIL PRISIONERO DE SU TRENZA,
esa línea de trigos en gavillas,
que serpentea desde la nuca a lo innombrable.
Sabueso contenido tras sus pasos,
a veces rigodón, a veces polca,
me impone sus cadencias
con esa misma gracia que a la falda,
leve bruma prendida a su cintura,
con frutas siempre frescas y tucanes.
¡Cómo anhelo ser ave y su liturgia
o pulpa para darle todo el jugo
y descubrir su sexo con sabor de arándanos!
SE HA SENTADO EN EL PARQUE ABANDONADA
al desgano de una fuente y su frescor.
¡Qué verde la yedra, que espléndido el sol,
qué limpio bronce su piel!
Le ha robado un alivio al abanico.
Hay un revoloteo de sortijillas
enmarcando su frente
y de la blusa, nautas emergen dos colinas
que veloces se ocultan tras la seda.
La luz se hace pequeña en un magnolio.
Ella se va perdiendo entre los tilos
y yo me fundo estatua en el paisaje,
con la garganta yerma para el grito
y la mano extendida inútilmente.
HA SURGIDO ENTRE SOMBRAS
como el alba,
como esa luna llena
que recorre su nuca
con un peine de plata.
La mirada,
gacela que va y viene asustadiza,
huye y me busca espejeando.
Me ha imantado en el brillo de sus ojos,
ruta secreta al paraiso.
-Ayer te vi en el parque-
me susurra
y yo, niño de mármol sorprendido,
le regalo mi mapa de alhelíes.
(Poemas del libro "Ritos de la memoria")
1 comentario:
No sé cual de los tres me gusta más. Los tres. Me gustan porque no hay que buscarle sentido a los versos, porque sin palabrería vana, superflua, ni rebuscada, dibujas las escenas casi hasta poder palparlas, hasta hacerme ver ese pelo, esa estatua, ese parque... Magníficos, no les sobra una coma.
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